Siglo XVII: Carabanchel Alto en el Siglo de Oro

Entorno Político y Socioeconómico: Crisis

En 1598 la peste causó más de medio millón de muertos en Castilla. Los españoles se sentían víctimas de un destino fatal puesto que además de esta epidemia, el estado continuo de guerra, la grave crisis económica, el hambre y la miseria se sucedían inexorablemente. 

Felipe III había heredado unos reinos con la economía quebrantada para sufragar los enormes gastos militares generados por las guerras mantenidas por su padre Felipe II. Además, el clima, tan importante en una economía agrícola no acompañó ya que a la pertinaz sequía de finales del siglo XVI se sumaron inundaciones en 1611, 1616 hasta los años 30, que arrasaron el campo.

Felipe IV, el mal llámado Rey Pasmado (véase webgrafía), hereda unas arcas vacías y además no tiene más capacidad recaudatoria. Por tanto recurre a la venta de pueblos y lugares, procediendo a la venta de pueblos madrileños como Las Rozas, Aravaca, Charmartín. También se pretendió vender Carabanchel de Abajo pero la villa de Madrid salió en defensa de la permanencia de nuestros hermanos de Carabanchel Bajo como realengo, lo que permitía que Madrid actuase como señor feudal. Se conserva texto del año 1626 en el Archivo de la Villa solicitando la paralización de la venta.

Retrato de Felipe IV, Velázquez

Sin embargo, a pesar de estas contrariedades acaecidas en la piel de toro de nuestras entretelas, los españoles alcanzamos en las artes las más altas cotas de nuestra historia: Es el Siglo de Oro. Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca. Con su precursor Cervantes y su inmortal D.Quijote. ¿Y qué decir de nuestra pintura encabezada por Velázquez?. Por cierto, gracias al talante coleccionista de Felipe IV, hemos conservado un patrimonio cultural que se cataloga como el segundo o tercero más rico de la cultura occidental.


Demarcaciones de los Carabancheles

En el siglo XVII, los dos Carabancheles ocupaban la superficie que hoy ocupan los actuales distritos de Carabanchel, Latina y Usera. Podemos ver en la siguiente imagen la superficie esquilmada:

Distritos de Madrid: Latrocinio de Carabanchel

En términos de superficie, estamos hablando de una reducción muy importante: Desde un 15,28% de la superficie de Madrid que ocupaban los Carabancheles entonces hasta el 6,02% que ocupa el distrito de Carabanchel actualmente. Si hablamos sólo de Carabanchel Alto la diferencia es todavía mayor, ya que la mayor parte del distrito actual de Latina era de Carabanchel Alto, a lo que hay que sumar una buena parte ocupado por el actual distrito de Carabanchel. 

Superficie Viales Públicos de Madrid por Distritos: Latrocinio de Carabanchel

La población actual de esos tres distritos a diciembre de 2019 suma 630.695 habitantes. Y eso nos colocaría como el sexto municipio más grande de España, por detrás de Zaragoza y por delante de Málaga. Y además, Madrid seguiría siendo el primero igualmente.

A la vista únicamente de estos datos: ¿Somos historia? ¿Somos importantes?. ¿O simplemente somos ignorantes?. 

Economía de Carabanchel Alto en el Siglo XVII

Carabanchel Alto seguía siendo una población agrícola, siendo sus principales cultivos cereales, legumbres (la tierra de los garbanzos por antonomasia), viñas y productos de la huerta. Estos productos servían para consumo de nuestra gente y para abastecer a Madrid, que había crecido exponencialmente en el siglo XVI. La mayor parte del trigo producido se tenía que enviar a Madrid y los carabancheleros sólo podían quedarse con lo que sobrara después del abastecimiento a la Villa y Corte.

La ganadería era pobre, con rebaños de ovejas (yo las he visto en el siglo XX) y algunas cabras productoras de leche.

Una descripción de los Carabancheles a mediados de siglo la hizo el corregidor de Madrid, D. Íñigo de Córdoba y Medonza, conde de Torralba, a raíz de su visita a ambos pueblos. Carabanchel Alto lo visitó el 19 de noviembre de 1648. Visitó el Ayuntamiento, el hospital, los pósitos (depósito de acopios de cereales), la iglesia de San Pedro y la casa de Sebastián Martín. Igualmente un mesón y dos tabernas, hallando todo conforme según dice el texto que se conserva en el archivo de la villa y fue publicado por José María Sánzhez Molledo y Tomás Puñal Fernández como apéndice del libro: “Evolución histórica de un concejo de aldea madrileño: Los Carabancheles, en Torre de los Lujanes nº 23, 1993, págs. 151-172.

Carabanchel Alto en el Interrogatorio del Conde de Torralba


Iglesia de San Pedro

Había sido construida a mediados del siglo XV en estilo mudéjar, de ladrillo, con tres naves, artesonado de madera y carente de torre, que más tarde se añadiría y hoy es un monumento histórico. Era también sede de cofradías que animaban la vida social y religiosa del pueblo.


Ayuntamiento de Carabanchel Alto

Ubicado junto a la iglesia de San Pedro, tiene propios dos ejidos: El de San Roque y otro junto a la casa de Vargas, y dos huertas; de la Manguera y del Regajal, cuya renta total asciende a dos mil reales. Recauda el 2% de tiendas y tabernas en concepto de alcabala, importe que paga a la Monarquía.


Hospital

El hospital de Carabanchel Alto pertenecía a la cofradía de la Concepción y carecía de recursos. Era financiado por la limosna, tanto que el Conde Torralba no encontró en él ni mantas ni otro género de ropa.

El Pósito

Fundado por el cura Francisco López. El 30 de diciembre de 1580 en su testamento por lo que dejó mandado comprar 100 fanegas de trigo para darlo en pan cocido todos los años a los pobres de Carabanchel Alto. En 1648 contaba con 200 fanegas de trigo, más cien que se habían prestado. Aún perduraba en 1693, con 190 fanebas de trigo.

Tienda de Sebastián Martín

Tenía correcto el peso y las pesas pero carecía de vara de medir. Inés Cancelán, esposa del propietario alegó que en el mostrador de la tienda tenían señalada la distancia de la vara,  y que por allí medía. Toda una carabanchelera, sin duda alguna. También había una carnicería.

Mesón de Antonio Pérez

Se visitó junto con los pesebres que se dieron por buenos.

Tabernas de Tomás Cano y Juan de Mena

Se comprobaron las medidas y se dieron por buenas.

El Retablo de la Ermita de Nuestra Señora de la Antigüa

Conviene destacar que en el siglo XVII se renovaron los retablos por donación de un vecino de Carabanchel, siendo el retablo mayor restaurado en 2002 por la Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid. Es la obra más importante de Carabanchel conservada de aquella centuria y bien merece una visita.

Retablo de la Ermita Nuestra Señora de la Antigüa

Lope de Vega se refirió a la Ermita en 1599 con unos versos relativos al “milagro del lobo” de San Isidro: 

Estaba entre juncos y eneas,

vallizo y gamarzas vanas,

labrado de piedras llanas

un templo entre dos aldeas

a Madrid las más cercanas

Lope de Vega. El Isidro, Canto VI, Madrid, 1599.

Las Romerías de los Carabancheles 

Los carabancheleros acudían al menos desde el siglo XV a la romería de Santiago el Verde en las riberas del Manzanares en un lugar hoy desaparecido de Villaverde. En los siglos XVII y XVIII fue una de las más importantes de Madrid y lo envidencia una pieza teatral del propio Lope de Vega que lleva por título Santiago el Verde. A partir del siglo XVII pasó a denominarse del Sotillo o del Soto.

Participaba todo el mundo: Pueblo, nobleza e incluso algunas veces el propio rey. Por supuesto el pueblo andando y los nobles en carroza, el corregidor y los consejeros en silla en mano y los hidalgos pobres en mula. Los preparativos comenzaban con un mes de antelación y las muchachas acudían con el cabello adornado con cintas y guirnaldas y el rostro medio tapado. Se bailaba y se bebía dentro de un gran alborozo con los excesos propios de la época como nos recuerda Góngora en los versos del poema “No Vayas Gil al Sotillo”, con referencias explícitas a adulterios. Se incluye como anexo un enlace a dicho poema.

Carabanchel Alto en la Literatura Política del Siglo XVII 

Sánchez Molledo ha encontrado diez textos impresos y cuarenta composiciones manuscritas con referencias a los Carabancheles, que se concentran preferentemente en el reinado de Carlos II (1665-1700). Se encuentran en la Biblioteca Nacional y Real Academia de Historia. Dos textos en la Hispanic Society de New York y uno en la Bibiloteca Central de Roma. ¿Somos o no somos uno de los barrios más importantes de Europa?.

El contenido de los textos es literatura política, principalmente sátiras demoledoras contra Carlos II por su mal gobierno. En unos casos se muestra a los Carabancheles como paradigma del mundo rural. Idealizado a principios del siglo XVII en la poesía pastoril de tradición renacentista y acentuando los caracteres negativos a finales de siglo. 

Las Andanzas de Perico y Marica

Como fuente excepcional para este período contamos con las relaciones
satíricas de «Perico y Marica”, que daban cuenta periódica de
los sucesos cortesanos. Estos curiosos personajes aparecieron por primera
vez hacia 1690 y alcanzaron pronto tal popularidad que sus composiciones
seguirían apareciendo hasta el reinado de Carlos III. Desconocemos quién fue el autor de estas relaciones, aunque probablemente fueron varios. Más noticias debieron de tener sus contemporáneos, ya que entre 1692-93 estuvo desterrado, según se desprende de los propios textos.
La estructura de estas relaciones poéticas era muy simple: Perico y Marica, aldeanos de Carabanchel, de vuelta de sus excursiones a la corte narraban los acontecimientos que allí sucedían.  De esta manera, año tras año,  podemos encontrar en sus «Diálogos» un recetario detallado de los «males de España» y de las acusaciones que se lanzaban contra unos y otros gobernantes.
«Perico y Marica», junto al «Patán» y al «Aldeano de Carabanchel»
—también muy populares entonces como protagonistas de sátiras y relaciones—, intentaban representar el contrapunto de la vida rural frente
a las intrigas que tenían lugar en Madrid. Constituyen un episodio
más de un tema ya tradicional: «menosprecio de Corte y alabanza de
Aldea>’, que tanto éxito y difusión tuvo en el siglo XVIII, muy cercano
a las fechas que nos ocupan.
En octubre de 1696 los «Diálogos» se habían vuelto a interrumpir y,
ante la ansiedad del público por devorar las cómicas noticias que daban
Perico y Marica, surgieron imitadores que harían aparecer nuevos personajes en escena, como «Antón Chapado>’, el «escolar Fausto Chinchilla », el «cura de Carabanchel» o el «burro de Perico y Marica».

En los textos Carabanchel es lugar de buen comer y más aún de buen beber. En otros casos Carabanchel es lugar de refugio de personajes conflictivos. La sátira es la oposición a los gobernantes en la época en que los medios de expresión son reducidos y se convierten en un instrumento de oposición al poder. El humor es la forma de llegar más fácilmente a un pueblo, analfabeto en su mayoría, que goza cuando se les recita y ellos a su vez transmiten los versos de forma oral.

El Puente de Toledo y Carabanchel Puerto de Mar


En 1623 Juan Gómez de Mora presenta un proyecto para por orden de Felipe IV para realizar el puente. Presenta dos alternativas y los planos no pasan de proyecto irrealizado. En 1624, Juan de Aranda hace un informe para la reparación del puente existente en el que se habla de su construcción con piedra de Carabanchel. La arquitectura del Barroco utiliza canteras de Carabanchel para constuir muros de mampostería destinadas a palacios, iglesias y conventos como los de Santa Isabel y Loreto.

Lo destacable fue la financiación el puente, repartiendo los impuestos entre los lugares beneficiados por su uso, repartiendo en 1644:

  • Carabanchel de Arriba: 600 reales
  • Carabanchel de Abajo: 1.400 reales
  • Getafe: 4.400 reales
  • Toledo: 5.500 reales

Los representantes de ambos Carabancheles, en el caso de Carabanchel Alto D. Alberto Bravo, expresan su queja y malestar a su Majestad. 

El  denominado ‘puente de la Toledana’ tuvo que ser reconstruido varias veces por culpa de las riadas que lo destruían, y la obra definitiva fue en 1684, tras presentar cuatro proyectos en 1682.

En 1688 los coroneles del cuerpo de ingenieros Don Carlos y Don Fernando de Grunenbergh proponen hacer navegable el Manzanares desde el Pardo hasta Toledo.  Este proyecto es presentado a la Regenta, Mariana de Austria a finales del siglo XVII. Estos mismos ingenieros afirman, que la navegación desde Toledo a Lisboa presentaba pocas dificultades, y se debía llegar a acuerdos con Portugal para facilitar la navegación. Pensaban que a Portugal le interesaría el proyecto, porque ampliaría sus posibilidades de comercio.

Carabanchel, puerto de mar, en un memorial que llegó a imprimirse. 

El Gran Duque de Osuna estuvo en el Palacio de la Quinta de Miranda

Don Pedro Alcántara Téllez Girón y Guzmán (1574-1624) fue  un noble, militar y hombre de estado español de entre los siglos XVI y XVII. Nacido en Osuna (Sevilla) el 17 de diciembre de 1574 y muerto en Madrid el 25 de septiembre de 1624. Nombrado, por el favor del duque de Lerma, virrey de Sicilia en 1610, y de Nápoles en 1616. Fue segundo marqués de Peñafiel y tercer duque de Osuna. Se le conoció con el apelativo de el Grande o el Gran Duque de Osuna.


Retrato de Pedro Téllez-Girón y Velasco, por Bartolomé González y Serrano

El III duque de Osuna ha sido uno de los personajes de la historia de España más explotados por la literatura y el teatro (Mairet, Lope de Vega, Monroy y Silva, Vélez de Guevara, Otway, Bances, Lesage). No olvidemos que era amigo del propio Quevedo quién le dedicó muchos versos. No nos extenderemos en su vida, que bien merece una lectura detenida, pero citaremos que ese gran hombre estuvo recuperándose de “calenturas y gota”, en un intervalo de su cautiverio,  en la casa  de don Iñigo de Cárdenas, posteriormente Quinta de Miranda y Palacio de la Emperatriz Eugenia de Montijo. Este emplazamiento y su palacete será objeto de un detallado tratamiento en las siguientes entradas históricas de esta singladura por Carabanchel Alto…y a veces tocando el Bajo.

Referencias

Carabanchel, un Distrito con Historia, José María Sánchez Molledo

Felipe, ¿un Rey pasmado? ¡Para nada!

La triste verdad tras el mote del Rey «pasmado»: la tragedia de Felipe IV

No vayas Gil, al sotillo

La sátira política durante el reinado de Carlos II – Revista UCM

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