Carabanchel posee uno de los más importantes yacimientos de restos paleontológicos de la región, descubierto a raíz de la obras de Metro de Madrid en la estación de Carpetana, en marzo de 2008.
Los visitantes encontrarán numerosos ejemplos de la vida animal y vegetal del Madrid del Mioceno, el periodo comprendido entre 23 y 5 millones de años atrás.
Hace 14 millones de años, los habitantes de Madrid eran enormes mastodontes, rinocerontes, búfalos, osos-lobos, caballos primitivos, felinos, tortugas gigantes, jabalíes, grandes depredadores como lobos, zorros…
La región era un reino poblado únicamente por especies animales y vegetales. El hombre no había aparecido aún sobre la faz de la tierra.
Grandes humedales, sabanas y praderas repletas de zonas boscosas eran el hábitat y los lugares en donde se alimentaban esos salvajes inquilinos del periodo del Mioceno medio, cuando el relieve de la región propiciaba una fauna de mamíferos digna de las grandes reservas africanas. Nuestra gran tierra carabanchelera fue una de estas zonas. Entiendo que también los osos-lobos saldrían entonces por el centro de Madrid, a dar una vueltecilla más que nada.
Se han encontrado más de 15.000 restos con una antigüedad superior a los 14 millones de años. Entre estos hallazgos, destacan mandíbulas de caballo primitivo (Anchitherium), restos de Mastodontes (Gomphotherium angustidens), así como de Rinocerontes, rumiantes (cérvidos, bóvidos), tortugas gigantes y restos de carnívoros, generalmente menos abundantes.
También se han hallado varias piezas de una especie de lobo (Hemycion sansaniensis) e incluso restos abundantes (mandíbulas, caninos) de anficiónidos (Amphycion giganteus), predador y carroñero con una morfología intermedia entre oso y perro, que ocupaba la cima de la pirámide trófica en esta época en Madrid.
La instalación cuenta con una reconstrucción de los paleoambientes en los dos yacimientos verticales hallados durante las obras de la estación. Dos espacios, en un vestíbulo y a la entrada de dos ascensores, albergan dos paneles diferentes en los que se representan estos dos yacimientos recuperados.
El primero de los espacios, pegado a los torniquetes de una de las dos entradas, cuenta con un panel en vinilo con las imágenes que representan el paleoambiente existente cuando se formó el yacimiento 1, situado a 10 metros por debajo del yacimiento 2, y donde aparecieron numerosos restos, mayoritariamente correspondientes a mastodontes de la especie Gonphotherium angustidens. Las muestras de polen de ese nivel han proporcionado varios granos fósiles de sauces, álamos, robles, hayas y abetos.
Además, en esa misma zona expositiva, se ha incluido una reconstrucción en la que aparecen gonfoterios y un ciervo denominado Heteroprox con los ambientes, especies vegetales y biotopos existentes entonces en Carpetana, y que podemos conocer gracias a los fósiles de polen y animales recuperados en la excavación.
En el espacio 2, cercano a unos ascensores, se recrea el paleoambiente existente en Carpetana cuando se formó el yacimiento 2, hace aproximadamente 14 millones de años, y se encuentran representadas algunas faunas de las halladas en las excavaciones. Se representan el oso-perro, el oso-lobo, un felino en la parte superior de un árbol, una tortuga gigante, rinocerontes y un jabalí.
Este espacio cuenta con dos vitrinas en las que se ubican réplicas de restos fósiles que se han recuperado en la excavación de la estación, realizadas por el Laboratorio de Restauración y Moldeo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Entre ellas se encuentran las piezas más interesantes como la mandíbula de suido (jabalí primitivo), mandíbulas de rinoceronte, mandíbulas de oso-lobo, varias mandíbulas de anquiterios (pequeños caballos primitivos con tres dedos) y mandíbula de oso-perro.
En tercer lugar, junto a un acceso nuevo de la estación, se encuentra una reconstrucción casi a tamaño real de una de las especies emblemáticas del Mioceno madrileño: un gonfoterio o mastodonte, de gran tamaño y parecido con un elefante. El gonfoterio o mastodonte ha tenido presencia relevante en Carpetana, por haberse descubierto en la excavación de uno de los niveles fosilíferos existentes en la estación. Se ha realizado una reconstrucción del animal junto a dos réplicas de fósiles de mastodonte aparecidas en las excavaciones en Carpetana, una de un maxilar y otra de parte de una defensa.
Por último, a lo largo de los 45 metros del pasillo que conecta el nuevo acceso con el antiguo vestíbulo se ha diseñado una tira de cómic con un guión concreto que mediante una historia fantástica relaciona el Metro de hoy, con las obras y la ingeniería civil en la estación, y con la fauna aparecida en las excavaciones que vivió allí hace 13 y 14 millones de años.
Fuentes:
Madrid.Org